Salud

Estás envejeciendo o tienes...

8 jul 2025

Estás envejeciendo o tienes...

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En este mundo moderno, hay muchas cosas que no deberían ser complicadas, especialmente cuando se trata de encontrar la causa real de ciertas enfermedades. Sin embargo, a veces incluso los mismos médicos abrumamos a los pacientes, cuando en realidad el diagnóstico y tratamiento están al alcance de nuestras manos.

Vamos a hacer un pequeño ejercicio:

¿Qué síntomas podrías tener por “la edad”?

Piensa en estos síntomas y cuenta cuántos experimentas:

  • Cansancio

  • Fatiga fácil

  • Debilidad general

  • Disnea de esfuerzo (falta de aire al hacer actividades)

  • Palpitaciones (latidos rápidos o irregulares)

  • Cefalea (dolor de cabeza)

  • Mareos o vértigo

  • Tinnitus (zumbido de oídos)

  • Somnolencia o falta de concentración

  • Irritabilidad

Ahora, agrega estos otros síntomas más serios:

  • Dificultad para respirar

  • Dolor de pecho

  • Dolor muscular al caminar

Y por último, considera los que puedes observar físicamente:

  • Palidez de la piel

  • Taquicardia

  • Sudoración

  • Frialdad de las extremidades

  • Confusión o desmayos

Con todo esto, probablemente estarías pensando que estás envejeciendo rápidamente o que tienes algo grave… pero la realidad puede ser otra.

Tal vez no es vejez… es anemia

Así es: podrías estar bajo en glóbulos rojos.
La anemia podría explicar todos estos síntomas, y más.

Según datos de Estados Unidos, afecta al 12.5% de los mayores de 60 años.
Y la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que 1 de cada 5 pacientes mayores la tiene.

¿Por qué no la detectan?

Aunque se suelen pedir exámenes de rutina, incluyendo la biometría hemática, muchas veces la anemia pasa desapercibida y el paciente se va con un diagnóstico incorrecto.

¿Cómo se trata?

Generalmente, con tabletas de hierro. Pero este tratamiento oral suele causar molestias gastrointestinales, y en muchos casos no mejora la anemia.

El Dr. Michael Auerbach, hematólogo y oncólogo, sugiere otra alternativa: el hierro intravenoso.

Este tratamiento puede administrarse 3 o 4 veces al año, tiene menos efectos secundarios y, en muchos casos, provoca mejoras notables en el estado general del paciente.