Salud
Hablemos del hígado graso
11 nov 2025

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Hace unos días, hablando con unos amigos, me sugirieron que escribiera sobre el hígado graso y, aunque no es mi área de especialidad, accedí a hacerlo. La verdad es que me pusieron a estudiar, pues es una patología que tal vez no la oigamos muy frecuente, pero que poco a poco ha ido creciendo en número de pacientes que la padecen.
¿Qué hace el hígado?
Si hablamos del hígado, este es un órgano increíblemente maravilloso.
De hecho, se le conoce como el laboratorio del cuerpo humano, pues es ahí donde se dan la mayor parte de las reacciones metabólicas de nuestro cuerpo.
Es el lugar donde todas las sustancias que metemos a nuestro cuerpo son metabolizadas, y cuando nuestro cerebro dice cuáles se hagan, el hígado obedece y las realiza.
¿Cómo se enferma?
El hígado graso es una enfermedad en la que las células del hígado acumulan grasa dentro de ellas, y llega a ser tanta que aumentan entre un 5% y 10% el peso del órgano.
Esto puede ser causado por:
El exceso en el consumo de alcohol
Sobrepeso
Diabetes tipo 2
Colesterol alto
Dietas altas en azúcares
Sedentarismo
Otras patologías metabólicas
Síntomas más comunes
Algunos de los síntomas del hígado graso son:
Fatiga
Debilidad
Dolor en la parte derecha del abdomen (donde se encuentra el hígado)
Aumento de las enzimas hepáticas en laboratorio
En fases avanzadas: piel amarilla (ictericia), confusión mental y abdomen inflamado
Tratamiento
Los tratamientos normalmente comienzan con cambios en el estilo de vida, como:
Dieta controlada
Actividad física regular
Suspender el consumo de alcohol (si fuera el caso)
Medicamentos para controlar enfermedades relacionadas como diabetes tipo 2 o hipertensión
También existen algunos medicamentos usados en casos específicos (siempre recetados por especialistas), como:
Semaglutida
Liraglutida
Ácido obeticólico
Resmetirom
Tratamientos en investigación
Actualmente se están utilizando de forma experimental tratamientos con células madre, cuyo objetivo es regenerar el tejido hepático dañado y reducir la inflamación.
Esto es posible porque las células madre tienen la capacidad de diferenciarse en hepatocitos funcionales, ayudando así a reparar el tejido natural del hígado.
Aunque los estudios no han mostrado beneficios uniformes ni permanentes, es una de las áreas más prometedoras en la medicina moderna.